3 meses inolvidables. Parte II

Las clases de Grapa tenían una consigna simple pero no sencilla, se lo más orgánico posible. Para esto, sus clases eran un “darse cuenta” constante, ni bien terminábamos una escena buscábamos que había estado bien y que podíamos mejorar. Corregíamos al ver que caímos en algún vicio. Nos hacía encontrar varios sentidos a un texto, que era solo una excusa para transmitir emociones. Siempre comenzábamos hablando de lo que habíamos visto en escena, se preocupaba de alimentar nuestra visión artística, terminábamos hablando y redondeando ideas, ella compartía sus experiencias que ilustraban perfectamente varios de nuestros descuidos o aciertos. Aquí les dejó algunas de sus frases que me ayudan a aclarar el panorama.

“Cuando el personaje piensa y siente como él mismo, le da una calidad a la mirada, la expresividad e intención aumenta. Los movimientos son más orgánicos”.

“Vayan a ver exposiciones, performances, teatro, cine del bueno, no cualquier boludez…todo eso es alimento para ustedes”

“Esta bueno eso de aventarse a la piscina…pero con la piscina llena”.

“Prefiero que me digan, ¿Qué paso Grapa? anduviste pésima hoy, a que digan, ella siempre cumple, ella da hasta ahí nomas, podemos caer en un conformismo mediocre”

“Esa es la energía que quiero ver en las escenas, ok?”

“¿Que es lo que quieres tú en la escena?”

“En una escena no podemos estar tan cómodos, debemos salir de esa zona segura, y dejar que ahí corran los impulsos, no los cortemos”

Con Lucía, todo ha sido dolorosamente genial. Todos comenzamos bastante “oh por Dios” y ahora nos deslizamos, giramos, encajamos, cargamos, manejamos nuestro eje y estamos más pegados al piso, sabemos de texturas de movimiento, hacemos bolita, tenemos claro que “el cuerpo puede estar cansado pero no el alma”, sabemos que Luchin es como un soldado con un pincel como arma y que Christian es como la primera flor sembrada por un enamorado para su amada, hacemos más bolitas, hacemos un poco de contact, dubidubidum, arriesgamos con el cuerpo y buscamos intenciones y que la energía se sostenga y creer en nuestra propuesta. Todo esto y más que puedan decir ustedes se lo debemos a Lucía, que con un aire maternal nos ha tenido bastante paciencia, en particular a sido mi clase favorita. Muchas gracias Luci!

El gran Paco Caparó, se preocupó por el trabajo grupal y todo lo que tiene que ver con esto. Confianza, decirnos sí, ponerse de acuerdo, solucionar sin que otros se den cuenta del error, conexión y juego con el otro, presencia escénica, control de ansiedad, entre otras cosas. Disfrutamos y aprendimos a partir de los juegos que nos adentraban más, así como sus alcances:

La energía de la impro debe sostenerse, no se debe sentir que ésta va cayendo y el improvisador está afectado por “no saber qué hacer”, si se siente eso, perdiste.

Así la impro esté malísima, nos vamos a la mierda pero bien arriba, con la energía al tope, cubriendo nuestros errores sin dejarnos afectar por estos.

Sergio, todos nosotros te acompañamos en tu aventura, en realidad nadie te quiere fallar pero a veces es difícil quitarse malas mañas. Cada uno conoce donde tiene que trabajar y es cuestión de training y perseverancia. Estoy seguro que luego del coaching que nos diste sobre el segundo mes, las cosas se han puesto más que claras, cada uno de nosotros es más consciente de arriesgar en escena, salir y “morir” en escena, de quitarse el peso de hacerse el gracioso, que uno no es lo más importante en la impro, sino la historia y que ésta es la que debe ser alimentada, sin causarle una “indigestión”, la puta sobreactuación que le resta a la historia, la importancia del status para iniciar una relación y jugar con sus transacciones. Siento que el tiempo ha sido corto pero que tus horas con nosotros nos dejaron estas lecciones. Muchas gracias por haberme presentado a la impro!. Si sigo te prometo seguir quitándoles plata como alumno del mes!

Por todo esto puedo decir que estos 3 meses han sido únicos e inolvidables.